martes, 29 de diciembre de 2009

CONOCER EL AMOR SUPREMO


Todos queremos ser felices. Pero ¿Qué es la felicidad? ¿Es tenerlo todo en este mundo lo que va a hacernos felices?
Y se llega a un punto muy simple: ¿Qué es un ser humano? ¿Qué somos?
Y evidentemente si todos conocieran el propósito de esta vida ¿habría motivo de infelicidad en este mundo? Sinceramente no creo.

Para mí hay un propósito más grande que entender por qué estamos aquí. Es saber de nuestro Creador, darnos cuenta, aceptar. Entender de qué se trata todo.

Porque ese Creador, la paz, Dios, Alá, la Verdad, el Amor, la Energía infinita, la vibración primordial, la Verdad suprema, el Ser Supremo, el Señor, son nombres de una única cosa. El que es nuestro padre, el que es nuestra madre, el que es nuestro hermano, el que es nuestra hermana, el que es más importante: nuestro Creador.
Su existencia y nuestra existencia están ahí innegablemente. Y nosotros, para existir en este mundo, tenemos que darnos cuenta, abrirnos y aceptar al Creador Supremo, conocerlo.
Porque conocer al Creador Supremo es lo que nos va a dar paz. Eso es lo que nos va a dar el verdadero amor.

Necesitamos amarnos el uno al otro porque todos en común tenemos un Creador, un algo que es infinito. El amor que se basa en esa comprensión, el amor que viene de nosotros porque viene del que es todo amor, nunca puede desvanecerse.
No importa adónde nos lleven nuestros conceptos, no importa qué situaciones difíciles o qué circunstancias ocurran, ése es el amor verdadero.
Conocer esa cosa que nos da vida, eso que tenemos en común, por cuya presencia estamos vivos y somos seres humanos.

Es tan pura esta vida. La cosa que nos genera, que nos sostiene, es tan pura que no importa qué pase en este mundo, sigue andando, sigue y sigue y sigue.

Simplemente que yo me conecte con esa experiencia de realidad. Simplemente que me incline, me suelte y me conecte a la experiencia de mi Creador. Que tenga esa experiencia de lo que es absolutamente infinito.
Yo soy muy finito y sin embargo sé que hay algo absolutamente infinito, lleno de gracia, lleno de encanto supremo. Absolutamente encantador, absolutamente hermoso, absolutamente constante, que no varía.
Esa energía que me sostiene vivo no está sujeta al tiempo. Y eso es simplemente impresionante.

Yo quiero y cada ser humano quiere la experiencia de esa presencia suprema. Porque es esa la verdadera experiencia de la vida, esa es la verdadera experiencia del Creador, esa es la experiencia de lo que es infinito. Porque es la verdadera experiencia en sí misma. Porque teniendo esa experiencia de todas las cosas, teniendo esa experiencia, la devoción vendrá a mi corazón para hacerme realmente feliz. Para hacerme feliz de verdad.
No creamos hipotéticamente que exista un Creador. Tengamos la experiencia de ese Creador. Porque a partir de esa experiencia vendrá todo lo demás.
El Creador está siempre ahí. El Creador no se desvanece como un eclipse.

La paz es mi propia alegría interior. La paz es mi propia realización interior, mi propio entendimiento, mi propia experiencia de la verdad, de eso que es real, de eso que es verdadero.
Lo único que necesito es tener esa fe. Aspirar a conocer. Ser un aspirante, uno que aspira a conocer.
Existe esta increíble experiencia que es lo que necesitamos conocer, lo que necesitamos tener. Y es muy, muy simple.
La realización de Dios es muy simple. Porque tiene que suceder. Lo real.
Conocerlo. La presencia suprema.

Prem Rawat, extractos del evento de Caracas el 3 de febrero de 1981