domingo, 20 de diciembre de 2009
LA PLENITUD
Mécete en el columpio del aliento. Vuelve a ser niño otra vez.
Aquel que vive su vida desde el corazón es una persona de gran valentía.
Tu vida puede ser un poema de la plenitud, del logro de cada aliento.
Ve vacío y se te llenará.
Inclínate y serás levantado.
Ve humilde y se te elevará.
Comprende la oportunidad. Reconoce cada aliento que se te ha dado.
A falta de bondad
a falta de amor
a falta de comprensión
la lógica carece de valor.
Cada aliento ha de tenerse en cuenta. Cada día es irrepetible.
Mantén el equilibrio.
Nunca sacrifiques tu esencia
por nada
por nadie
nunca.
Mi certeza ha de ser tan cierta como mi existencia.
Detente, recoge, acompaña la dulce claridad.
Cree en este corazón, en esta vida.
Desde el primer día viniste a recoger los frutos de la alegría, de la claridad, del entendimiento. Satisface este anhelo.
Llegar a un corazón requiere la inocencia de un niño y la sabiduría de todas las escrituras juntas.
Recibe este arte del aliento porque es un arte que cualquiera puede practicar.
Cree en este corazón, en esta vida, en esta existencia.
Dale consuelo verdadero al corazón, el sustento que necesita.
Existe una alternativa a todas las dudas: la claridad.
Lo que no te gusta no tienes que seguir mirándolo…vuelve a ese sentimiento. Es así de sencillo.
Reconoce y recuerda todo aquello por lo que estar agradecido.
Deja que este océano de tu aliento te llene.
Si se te hacen cómodos la existencia, esta vida, este momento, este aliento, te darás cuenta de una dicha que no tiene igual.
Somos la flor de apariencia hermosa. Somos esa flor de fragancia maravillosa.
Hay un rayo
Hay un tueno.
Hay viento.
Hay lluvia.
Ha llegado el agua al desierto.
El mensaje es
ocúpate en mojarte.