sábado, 2 de enero de 2010

LA GRATITUD Y EL ALIENTO



¡Despierta! ¡Levántate! ¡Vive esta vida concientemente! Acepta este hermoso reto de cantar la canción de la gratitud. Tu audiencia no es menos que lo Divino mismo. Así que canta y canta y canta y canta. ¡Nunca pares de cantar!
Gira 2008 USA

Es sobre ti, tu viaje, tu barco, tu bote en este océano. No importa cuan joven o viejo seas, ha llegado el momento de abrir el mayor de todos los regalos. Hay mucho esperando por ti.
Dentro de ti hay gozo, paz, plenitud. Aceptalos. Pueden estar allí siempre. Sólo te lo puedo recordar. No lo puedo hacer por ti. Te puedo mostrar, te puedo guiar.

Despierta y abre tus ojos a la hermosa realidad de estar vivo. Sopesa cada momento con la importancia de este aliento. Con la dulzura, la belleza, el entendimiento, la claridad en tu corazón, toma los pasos necesesarios en tu vida. Y se dichoso con el gozo supremo que siempre está danzando dentro de ti. Permite que se vuelva real para ti. Es un bello proceso porque la vida en sí misma es una bella, bella travesía. Sé pleno cada día. Esto es lo que la vida promete: que podemos ser llenados cada uno de los días.

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Somos guerreros, guerreros que no pelean, pero que de hecho portan espada y escudo. Nuestra espada es la claridad, y nuestro escudo es el entendimiento. Estas son las armas que repelen la ignorancia, y nunca necesitamos sentir miedo, ni duda porque estamos respaldados, escoltados por un ejército de aquellos que también caminan en esta luz. Llevamos la bandera de la Verdad, la bandera de la libertad. Así que brilla; brilla desde esta fortaleza interna que tienes.
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Piensa en la vida de esta manera: es tu oportunidad de compartir un tiempo con el mejor amigo que tienes.
Es tu momento.
Es la ocasión de estar con la mayor claridad que existe en todo este universo. Es tu oportunidad de pasar un tiempo con la suprema bondad. Es tu oportunidad de estar con lo infinito. Es tu oportunidad de pasar un tiempo con la dicha suprema.
Eso es la vida. No va a ser para siempre. Pero esa posibilidad existe. Puedes pasar un tiempo con lo más hermoso. Y eso habita en tu corazón.
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El poder de apreciar es un poder inimaginable. Se nos ha dado este regalo, este regalo increíble de admirar y de apreciar lo máximo.
Se trata de entender que éste, el corazón, es el templo apropiado para ser la casa real de Dios. No es una casa propensa al fuego, terremotos o guerra.

Trata de vivir cada momento en conciencia. O tanto como puedas. Sé feliz con este esfuerzo. No es asunto de cuántas horas. ¿Cuántas horas fuiste feliz? Un segundo, un minuto o llenó la felicidad todo mi día. Imagina 60 minutos de felicidad.

La verdadera pasión de un ser humano es sentirse satisfecho. Y esa pasión ha sobrevivido a todos nuestros descubrimientos, conflictos, éxitos, fracasos, desastres, catástrofes... Por muy frágil que pueda parecer, ha sobrevivido. La búsqueda de sentirse plenamente satisfecho ha sobrevivido.
¿Por qué te digo esto? Porque se trata de una necesidad mayor de lo que
crees. Es enorme. Y deberías intentar todos los días, de forma
consciente, sentirte pleno, ser feliz. No hay botón de rebobinado.
Cuando he vuelto al hogar, a este momento llamado “ahora”, siento que mi corazón danza de gratitud. Quizá haya algunas lágrimas, pero son de alegría, no de tristeza. Cada fibra de mi ser se regocija por estar viva. No voy buscando el mañana, ni siquiera el instante que está por venir. Y eso está bien, porque es un momento en el que podría vivir para siempre.
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Un amigo.
Deberíamos tener tal amigo en nuestra vida que nunca fuera a romper nuestra amistad. Debería haber tal amigo, tal compañero, que nos pueda mostrar que lo que buscamos está dentro de nosotros. No un amigo que va a ir a una fiesta contigo hoy, no esa clase de amigo. Una clase de amigo que nunca va a romper la amistad. Y que en cada cruce de caminos ese amigo puedan estar allí, listo para guiarnos.
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Cuando te sientes pleno, sientes gratitud.
Un segundo de plenitud vale más que 59:59 minutos de confusión. Ése es su equivalente. Ésa es su importancia. Un segundo de claridad puede salvarte de los 59 minutos y 59 segundos de dolor y sufrimiento. Un segundo. ¿Sabes eso? Sé que lo sabes.
Un segundo de claridad puede salvar un día entero. Un segundo de claridad, y lo he visto, puede salvar una vida entera.
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Hoy un aliento ha llegado a mí y me ha traído el regalo de la vida. Y eso hace que me sienta lleno de gratitud, que esté eternamente agradecido porque hoy estoy vivo.
Me encanta la paz. La he encontrado en mi vida y me siento muy agradecido. Quiero que también ustedes encuentren esa paz en su vida. Y que quienes ya la han encontrado, la sientan cada día. Si yo puedo sentirla, ustedes también pueden. Es posible. No es un sueño, ni una filosofía, ni una idea. Estoy hablando de un pozo en el que puedes saciar tu sed. Estoy hablando de un océano y lo que digo es: “Ven. Nada. Zambúllete. Refréscate cada día. No sólo un día, sino cada día”.
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Este no es un proceso que sucede de la noche a la mañana. Es algo que fluye muy gradualmente. Es acerca de recordar y ser recordado. Es acerca de dar un paso hacia atrás cada día en el viaje hacia lo más esencial en la existencia.
Y este viaje hacia lo esencial, lo básico, hacia la belleza, es un viaje calmado.
La simplicidad no es un invento. La dicha no es un invento. El amor que buscas no es un invento. Estos son los fundamentos de cada ser humano. Cuando se trata de ser recordado, es acerca de las cosas fundamentales.
Se trata de estar vivo, de ese sentimiento interior que dice: "Muévete, siéntete pleno. Encuéntrate en esa dicha, en ese sentimiento, en esa paz, en esa armonía", y cuando estás ahí, es tan dulce. No hay millones de cosas, hay solo una cosa que dice "Estoy sintiendo esta existencia, estoy sintiendo esta respiración, esta vida y es dulce."
Esto se trata de estar vivo. Es acerca de ese sentimiento interior que dice: "Muévete, siéntete pleno. Encuéntrate en esa dicha, en ese sentimiento, en esa paz, en esa armonía", y cuando estás ahí, es tan dulce. No hay millones de cosas, hay solo una cosa, que dice "Estoy sintiendo esta existencia, estoy sintiendo esta respiración, esta vida y es dulce."
La respiración viene y yo le doy la bienvenida. Se va, y yo cuento con la próxima. Estoy consciente que vino y que se fue. No me pregunten por qué eso es tan mágico, pero lo es. No es el aire, no es el pensamiento de la respiración, es el sentimiento que me trae. ¿Y qué es lo que se necesitó? ¡Empezar a parar! Si quiero disfrutar, tengo que ir hacia adentro. Ahí está mi verdadero disfrute.
Esta relación entre la respiración y yo, es la única a la que me puedo aferrar. Todo lo demás es transitorio.
Si es esto lo que mi corazón me dice en su llamado, entonces ahí es donde tengo que empezar. Tengo que tratar de tener una afinidad con ese silencio que es tan simple, tan precioso. Tengo que tratar de tener un lazo, una conexión con lo eterno.
Entonces déjame estar en compañía de lo real, estar cerca de mi corazón. Déjame salir de la confusión y duda. Déjame salir del miedo.