sábado, 9 de enero de 2010
VIENTO EN POPA
Si ese capitán da ese paso y coloca la vela y permite que el viento lleve el barco hacia delante ¡qué cosa tan hermosa va a suceder! Y vas a llegar al destino. Un destino que quizá ni siquiera podías imaginar.
Hablo de dar un paso en este vasto océano de la vida. De ser esa persona que está dispuesta a aceptar, que esta dispuesta a entender que hay más. Que hay una dicha, un deleite inconmensurable, una satisfacción, un sentirse bien de esa forma especial en la cual cada ser humano se llena con esta hermosa gratitud.
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Si un perro puede sentir gratitud ¿por qué yo no puedo?
Yo sé que hay un Poder que me alimenta, que me sostiene. Y si yo he llegado a entender ese Poder, entonces naturalmente voy a sentir gratitud hacia él.
Hay una muy buena razón para estar en gratitud.
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Shri Maharaji, mi padre, solía decir, y se lo escuché muchas veces, que hay tres cosas: el doctor, que tiene que ser del tiempo actual. Cuando tienes una dolencia si vas a una estatua no te va a servir de nada; no puedes ir donde un doctor muerto y decirle “mejórame”. Y el rey tiene que ser actual. Si tratas de llevar tu caso a un rey muerto no te puede ayudar. Y el Maestro tiene que ser del tiempo actual, de ahora.
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Pero esa relación con el Maestro es hermosa porque es un sentimiento vivo. Todo está continuamente cambiando, a cada paso del camino, cada día, y el curso tiene mapa. El sentimiento rejuvenecido cada vez. Un fluir nuevo. Nada quieto. Siempre es emocionante. Pero toma esa confianza.
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Si hay una prioridad, si hay esa actitud, si hay un entendimiento, entonces va a haber ese piloto disponible para guiar esta nave al puerto.
Encontrarás esos espacios tan hermosos donde el corazón se regocija.
El corazón comienza a danzar porque el mensaje viene del corazón para el corazón.
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Porque tenemos este coraje interior, no necesitamos nada nuevo, nada de afuera. Todo lo que necesitamos lo tenemos: la confianza, el coraje.
Depende de ti si das ese paso, si sientes esa confianza, si evolucionas en ese coraje.
Prem Rawat
Kuala Lumpur, 5 de mayo de 1990